Sabemos que la adopción es un proyecto a largo plazo, pero realmente te das cuenta cuando empiezas a reunir mas información, entrar en foros y conocer la situación de otras parejas
Cuando tu expediente llega a Etiopía piensas que si el tiempo de espera habitual es de unos dos años, nosotros vamos a tener “taco” de suerte y solo tendrás que esperar uno.
Luego te das de bruces con la cruda realidad, ves como los procesos se relentizan y que hay parejas que llevan esperando ya dos años, otros tres y los hay que culminaron el proceso de adopción a los cuatro años...
Lo normal en esta situación es que te invada el desánimo, pero te paras a pensarlo fríamente y te dices “a lo mejor cambia la situación y se agilizan las asignaciones”
Por que no? Nadie puede negarme que es bonito soñar con esas metas que parecen inalcanzables
Así es el ser humano, optimista por naturaleza. Yo al menos prefiero pensar que es así y me veo mas reflejado en el segundo niño de esta historia:
-Eran dos hermanos, uno era muy optimista y el otro muy pesimista
-El día de reyes los padres decidieron regalar al pesimista muchísimas cosas: un ordenador, un scalextric, una wii ...Y al niño optimista una caca de caballo.
-Cuando se despertaron el niño pesimista se quejaba de todo, que si se hacía daño con la wii, que si se pillaba el dedo con el scalextric, que si le picaban los ojos con el ordenador...
-Y el niño optimista estaba como loco corriendo por toda la casa.
-Entonces el padre le pregunta: ¿Porque corres tanto?
- Y el niño responde: Porque me han regalado un caballo pero no consigo encontrarlo!!!!!!
Obviamente esto no deja de ser un chiste y quizás pueda parecer demasiado exagerado, pero tampoco esta tan lejos de la realidad no?
Todos los años compramos lotería de navidad pensando que este año si, que nos va a tocar el gordo. El día del sorteo nos conformamos con tener salud y unos pocos meses después volvemos a hacer planes de como o en qué nos gastaremos el dinero del premio...
Así que después de todo esto, quiero dejaros dos reflexiones:
La primera que espero que no haya ningún gracioso al que se le ocurra regalarme un mohon, ni nada parecido
Y la segunda, que es la de verdad, es que aun siendo conscientes que todo esto será muy, muy largo, las dos únicas cosas que no podemos perder son la ilusión y la esperanza.
Debemos ser muy realistas porque hemos hecho una inversión de futuro o a largo plazo, pero al final (sea cuando sea) tendremos una recompensa de un valor incalculable
En nuestro caso, si cuando vemos un niñ@ adoptad@ por la calle ya se nos cae la baba, no puedo ni imaginar la sensación que debe sentirse cuando ese expediente se convierta en un niñ@ de carne y hueso y lo tengamos delante. Debe ser algo que a día de hoy sólo puedo imaginar pero que no puedo describir con palabras, así que me comprometo a contároslo cuando lo vivamos en primera persona.
Queda prometido!!!!