Tengo tanto
que contar y escribir que las palabras me llegan a mi cabeza a tropel y no
consigo descifrarlas ni ordenarlas, son tantos sentimientos y emociones vividas
que es complicado resumirlas y no llegar a ser pesada.
Hace unos cinco
años me diagnosticaron una enfermedad respiratoria llamada Bronquiectasia, aún
estábamos cuidando a papa, ¡¡¡Cuánto se preocupaba cuando me oía
toser!!!
Pero lo más
complicado llegó en los últimos años, cuando me dieron la fatal noticia, “Necesitas
oxigeno complementario”, uff asumir esa situación y asimilar que tenía que
estar conectada a una máquina, fue bastante duro.
Con el paso
de los meses el camino era cada vez más ingrato, demandaba más y más, llegué a vivir pegada a una botella de oxígeno
las 24 horas. Pero con el
tiempo tuve consciencia de que la
máquina, era mi mejor amiga. Me aportaba
lo que necesitaba para seguir luchando.
Al final de
este proceso, llegué a no tener fuerzas,
ni energía suficientes para tirar de mi cuerpo, este no me respondía, pero mi
mente luchaba continuamente contra él (la mente es muy poderosa). Conseguía ir
al gimnasio del hospital tres veces por semana, era muy constante con este
tema, tenía que estar lo más fuerte posible, por si llegaba la tan esperada y deseada llamada. Pero a última
hora si os soy sincera mi mente era incapaz de ganar a mi cuerpo.
La única
posibilidad, el Trasplante, pues mis pulmones estaban completamente
deteriorados y no podían realizar su función, ni siquiera con la ayuda del oxígeno
complementario.
A nivel
familiar había muchos sobresaltos, angustias y muchísima preocupación por más
que yo disimulará. Que sepáis
que me costó bastante que todos ustedes lo supierais, (Conchi lo sabe
bien), ya era duro ver a mi familia,
herman@s, cuñad@s y sobrin@s sufriendo, más personas NO.
Y llegó esa Bendita llamada, había un Donante para mí, una persona y
familiares generosos, que prefirieron que siguiera viviendo dentro de mí, ¡¡Fui
la afortunada!!
Vuelvo a nacer de nuevo un día 4 pero esta vez del mes de Marzo del
2018. Aún me
quedaba bastante camino por recorrer y mira que llevaba andado, “pasito a pasito”. El postoperatorio no fue nada fácil
y hubo bastantes complicaciones, reconozco que no iba en las mejores
condiciones físicas, pero tenía claro que era mi momento.
Tengo la
gran suerte de tener esta familia y tantas personas a mi lado que me quieren,
que en todo momento sentía vuestras energías
y vuestro apoyo, sobretodo sentí y mucho la presencia de mis
padres. Todo ello me aportaba serenidad y aceptación a todo lo que iba
aconteciendo, (aunque algún@s dicen que había veces que mi cara transmitía
enfado).
La familia, mi apoyo incondicional es uno de los pilares para que todo llegará a ser un éxito, pues además de cuidarme con todo el amor y cariño, tenían que estar superpendientes con los medicamentos “que no eran pocos” y ser muy cautelosos con la limpieza e higiene, pero Pasito a Pasito íbamos viendo la luz.
Gracias a
tod@s ellos fui recuperándome, comiendo, moviéndome y haciendo todos los
ejercicios que me mandaban las fisios.
Y llegó el
día tan esperado el Alta hospitalaria, respiraba yo solita, Un Milagro
hecho Realidad.
No me lo
podía creer después de dos meses, nos íbamos a casa, podía ir a la Comunión de
mi ahijada Luján, que regalazo madre mía. Mi niña me llamaba y me decía "No te
preocupes tita ya lo celebraremos".
Imaginaros que sorpresa le dí, otro de los
muchos momentos inolvidables. Ese día los sentimientos fluían por todos lados,
Lola, Juan, Luján (los peques de la familia) se emocionaron y todos lloraban.
Juan me dijo “Gracias por ser tan fuerte”, Luján abrazada me decía “el mejor regalo” y mi Lola “no podía ni
hablar”.
Cantamos tod@s
juntos nuestro himno de Rozalen VIVIR. Un día mágico para
tod@s.
Por último
deciros que tengo unos PULMONES que vibraban cada vez que inspiro y expiro, siento
tanta compatibilidad con mis nuevos pulmones...
Nos llevamos bien, bueno yo diría que nos
entendemos a las mil maravillas y no es para menos, ellos permiten que pasee,
que disfrute del cielo, del Sol, de las pequeñas cosas que nos regala la vida, “Que
mi gran familia pueda contar conmigo”.
Os aseguro
que día que vivo, día que es un regalo y agradezco cada mañana, tal como nos
enseñó nuestra madre.
Y como
broche final poder estar con tod@s ustedes y celebrar mi año como TRASPLANTADA,
no se puede pedir más...
Me siento
una persona Privilegiada, Feliz, Agradecida y muy Afortunada.
Continúo con mi VUELO.