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domingo, 3 de marzo de 2019

VOLAR CON EL AIRE


Tengo tanto que contar y escribir que las palabras me llegan a mi cabeza a tropel y no consigo descifrarlas ni ordenarlas, son tantos sentimientos y emociones vividas que es complicado resumirlas y no llegar a ser pesada. 



Hace unos cinco años me diagnosticaron una enfermedad respiratoria llamada Bronquiectasia, aún estábamos cuidando a papa, ¡¡¡Cuánto se preocupaba cuando me oía toser!!!


Pero lo más complicado llegó en los últimos años, cuando me dieron la fatal noticia, “Necesitas oxigeno complementario”, uff asumir esa situación y asimilar que tenía que estar conectada a una máquina, fue bastante duro.



Con el paso de los meses el camino era cada vez más ingrato, demandaba más y más,  llegué a vivir pegada a una botella de oxígeno las 24 horas. Pero con el tiempo  tuve consciencia de que la máquina, era mi mejor amiga.  Me aportaba lo que necesitaba para seguir luchando.


Al final de este proceso, llegué a no tener fuerzas, ni energía suficientes para tirar de mi cuerpo, este no me respondía, pero mi mente luchaba continuamente contra él (la mente es muy poderosa). Conseguía ir al gimnasio del hospital tres veces por semana, era muy constante con este tema, tenía que estar lo más fuerte posible, por si llegaba la  tan esperada y deseada llamada. Pero a última hora si os soy sincera mi mente era incapaz de ganar a mi cuerpo.


La única posibilidad, el Trasplante, pues mis pulmones estaban completamente deteriorados y no podían realizar su función, ni siquiera con la ayuda del oxígeno complementario.

A nivel familiar había muchos sobresaltos, angustias y muchísima preocupación por más que yo disimulará. Que sepáis que me costó bastante que todos ustedes lo supierais, (Conchi lo sabe bien),  ya era duro ver a mi familia, herman@s, cuñad@s y sobrin@s sufriendo, más personas NO.


Y llegó esa Bendita llamada, había un Donante para mí, una persona y familiares generosos, que prefirieron que siguiera viviendo dentro de mí, ¡¡Fui la afortunada!!



Vuelvo a nacer de nuevo un día 4 pero esta vez del mes de Marzo del 2018. Aún me quedaba bastante camino por recorrer y mira que llevaba andado, “pasito a pasito”. El postoperatorio no fue nada fácil y hubo bastantes complicaciones, reconozco que no iba en las mejores condiciones físicas, pero tenía claro que era mi momento.




Tengo la gran suerte de tener esta familia y tantas personas a mi lado que me quieren, que en todo momento sentía vuestras energías y vuestro apoyo,  sobretodo sentí y mucho la presencia de mis padres. Todo ello me aportaba serenidad y aceptación a todo lo que iba aconteciendo, (aunque algún@s dicen que había veces que mi cara transmitía enfado).



La familia, mi apoyo incondicional es uno de los pilares para que todo llegará a ser un éxito, pues además de cuidarme con todo el amor y cariño, tenían que estar superpendientes con los medicamentos “que no eran pocos” y ser muy cautelosos con la limpieza e higiene, pero Pasito a Pasito íbamos viendo la luz.




Gracias a tod@s ellos fui recuperándome, comiendo, moviéndome y haciendo todos los ejercicios que me mandaban las fisios.

Y llegó el día tan esperado el Alta hospitalaria, respiraba yo solita, Un Milagro hecho Realidad.


No me lo podía creer después de dos meses, nos íbamos a casa, podía ir a la Comunión de mi ahijada Luján, que regalazo madre mía. Mi niña me llamaba y me decía "No te preocupes tita ya lo celebraremos".


Imaginaros que sorpresa le dí, otro de los muchos momentos inolvidables. Ese día los sentimientos fluían por todos lados, Lola, Juan, Luján (los peques de la familia) se emocionaron y todos lloraban. Juan me dijo “Gracias por ser tan fuerte”, Luján abrazada me decía “el mejor regalo” y mi Lola “no podía ni hablar”
Cantamos tod@s juntos nuestro himno de Rozalen VIVIR. Un día mágico para tod@s.




Por último deciros que tengo unos PULMONES que vibraban cada vez que inspiro y expiro, siento tanta compatibilidad con mis nuevos pulmones...   
Nos llevamos bien, bueno yo diría que nos entendemos a las mil maravillas y no es para menos, ellos permiten que pasee, que disfrute del cielo, del Sol, de las pequeñas cosas que nos regala la vida, “Que mi gran familia pueda contar conmigo”.


Os aseguro que día que vivo, día que es un regalo y agradezco cada mañana, tal como nos enseñó nuestra madre.

Y como broche final poder estar con tod@s ustedes y celebrar mi año como TRASPLANTADA, no se puede pedir más...

Me siento una persona Privilegiada, Feliz, Agradecida y muy Afortunada.



Continúo con mi VUELO.







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